REHABILITACIÓN «EL MARMOLISTA»

Crear/exponer una narrativa arquitectónica es de interés en el proceso proyectual del estudio. Los lugares, los espacios, los proyectos contienen historias y consideramos que es nuestro deber contarlas. Esta es la historia del “marmolista”.

En nuestra primera visita nos encontramos unos espacios donde pareciera que se paró repentinamente el tiempo en un edificio de viviendas de los años 40 situado en la Carretera de la Sierra, (Granada). Además de patologías diversas y reconocimiento estructural del edificio, encontramos la historia que allí se contaba encapsulada en el espacio. La historia de un marmolista que tenía su taller en la planta baja y que realizó las viviendas superiores. Unas viviendas austeras, con estancias de diversos tamaños que se organizaban a través de pasillos oscuros acorde a la organización y hábitos sociales propios de aquella época. Cada una de estas estancias revestidas con mármoles y piedras de distintos despieces, tamaños y tipos a modo de catálogo de materiales. Pronto entendimos del valor de esta capa, como estrato de una historia que debíamos conservar, poner en valor y trazar una relación con ella.

Nace así, el tema principal del proyecto, como un diálogo entre el pasado y el presente.

Asimismo, el proyecto contiene un compromiso social y medioambiental. Con nuestra intervención se restaura y actualiza un inmueble para devolverlo al parque de viviendas de la ciudad (reciclar-reutilizar). Además, esa actualización se hace desde un enfoque de sostenibilidad y accesibilidad, entendiendo las necesidades actuales y generando viviendas acordes a estas. Esta rehabilitación se realiza tanto en términos sociales como en términos energéticos.

En nuestra intervención, aprovechamos la rotunda lógica constructiva del edificio, base para la organización de las viviendas. Se crean dos pequeñas viviendas por planta que se organizan como un gran espacio central que se abre tanto a la calle principal como al patio de manzana para favorecer la ventilación cruzada. Este espacio es, a la vez, distribuidor de las estancias (habitaciones). Distribución que obedece a formas más actuales de habitar.

En la planta ático, la sustitución de la cubierta nos permite ganar altura y expandir el espacio. Los huecos de fachada se alargan hasta el suelo, buscando una mayor entrada de luz, y respetando el ritmo de huecos existente, haciendo una relectura de la fachada que no desconfigure su pertenencia a un tiempo anterior.

Durante el transcurso de las obras aparecen nuevas capas de información que vamos incorporando al proyecto: los pavimentos de mármol citados previamente, las traviesas de madera de la cubierta, los arcos de los muros de carga de ladrillo o los zanquines de las escaleras pre-existentes, son recogidos y puestos en valor.

La mejora del aislamiento con un sistema SATE (sistema de aislamiento térmico por el exterior), instalaciones de alta eficiencia energética, sistemas de renovación de aire, mejora de aislamiento en carpinterías…, conviven con conceptos de la arquitectura vernácula como son el uso de ventilación cruzada o la instalación de persianas de madera enrollables típicas de la ciudad, trazando de nuevo esta relación entre el pasado y el presente, haciendo un trabajo de tradición revisada.

El proyecto trata con un enorme respeto lo existente, dando valor a las capas de la historia sin renunciar a nuestra contemporaneidad, entendiendo nuestra intervención como una capa más de información perteneciente a nuestro tiempo, que convive, dialoga y se entrelaza con la historia del marmolista.