ZAGUÁN, ESCLUSA Y JARDÍN. FÁBULA DE LA CASA

ESTADO ENCONTRADO.

Se nos encarga el proyecto de reforma de una vivienda situada en un bloque residencial próximo a la ribera del rio Genil, en Granada. Se trata de una zona de bloques abiertos de 1979 que, aunque concebidos como expansión de la ciudad, se encuentran actualmente muy cercanas al centro de la ciudad, manteniéndose al margen del bullicio del casco histórico y de la intensa actividad turística de los últimos años.

La vivienda, con una superficie aproximada de 189 m² tenía una distribución típica de las viviendas de la época con una organización a través de un estrecho pasillo que funciona como una espina dorsal que repartía a las diferentes estancias, las cuales funcionaban como celdas aisladas entre sí, dificultando la relación y el encuentro en lo cotidiano. Es, por tanto, la reforma, una oportunidad para cuestionar este modelo de habitar, buscando otro orden que recupere la fluidez, la relación y la continuidad espacial.

La vivienda, de traza rectangular, se sitúa en una esquina hacia el sudeste y el noreste. Tiene una terraza cerrada con vistas al Sacromonte, la Alhambra y hacia el otro lado, Sierra Nevada. Vistas que debían ser puestas en valor.

La demolición de la tabiquería devolvió la vivienda a su esqueleto esencial: la estructura, los montantes verticales de instalaciones y la trama inmutable de los huecos de fachada. Sobre esa superficie condicionada —entre lo que permanecía y lo que había desaparecido— se escribía el proyecto: asumir las restricciones no como límites, sino como coordenadas desde las que desplegar una nueva ordenación del espacio.

 

IDEA.

Los propietarios han habitado distintas casas a lo largo de su vida, y en esta reforma buscan un lugar capaz de acoger una nueva etapa. Pronto comprendimos que esta vivienda no era sólo un espacio físico, sino un contenedor de todas las casas anteriores: las ya vividas, las recordadas, las soñadas. Una casa que guarda en sí mil casas, tejidas en la memoria.

 

ESTRATEGIA: ESPACIOS CONCATENADOS.

El proyecto se articula en torno a un concepto que forma parte del recorrido del estudio: los espacios concatenados. Cada estancia conduce a la siguiente —o a varias posibles— generando un relato continuo donde se exploran las relaciones entre las piezas. De este modo surgen espacios fluidos que propician recorridos non-finitos, itinerarios múltiples que permiten atravesar la vivienda de diversas formas, ampliando la libertad de uso y multiplicando las posibilidades de disfrute.

Dentro de estos espacios concatenados emergen tres elementos singulares que, por su particularidad, dan nombre al proyecto: zaguán, esclusa y jardín.

 

ZAGUÁN + ESCLUSA + JARDÍN.

Zaguán, esclusa y jardín son los tres elementos que articulan la vivienda. Lugares de tránsito y de pausa, nexos o antesalas que median entre las estancias principales y terminan por definir la identidad de la casa.

 

Zaguán.

  1. Espacio cubierto de una casa, contiguo a la puerta de la calle, que sirve de entrada.

 

El acceso se inspira en la tradición de las casas andaluzas, donde siempre existe una antesala al patio. Aquí, el tránsito desde un bloque urbano de los años setenta se transforma en la experiencia de llegar a una casa. El pavimento un mosaico de piezas irregulares de mármol, las paredes texturadas, la luz difusa de una ventana y un arcón antiguo familiar componen una escena descontextualizada que, desde el primer paso, comienza a contar una historia.

 

Esclusa.

  1. Obra hidráulica consistente en un recinto cerrado por compuertas, que permite salvar desniveles regulando el paso del agua.

 

En la vivienda, la exclusa funciona de manera análoga: una cámara de transición, un espacio oscuro y anacrónico, con techo bajo y bóveda azul, que ralentiza el recorrido. Al mismo tiempo, acoge una zona de almacenamiento previo. Es un umbral que prepara al habitante antes de adentrarse en el ámbito íntimo y abierto de la casa, y que también da acceso a la cocina.

 

Jardín.

  1. Terreno donde se cultivan plantas con fines ornamentales.

 

 

El proyecto resignifica esta definición y transforma la antigua terraza cubierta en un jardín interior. Un gran ventanal proyecta la mirada hacia Granada y, al mismo tiempo, aísla del ruido urbano. El azulejo verde esmaltado y la vegetación natural generan reflejos que evocan un jardín secreto, un oasis íntimo en medio de la ciudad.

Este espacio cobra un protagonismo especial: el encuentro con la vegetación restituye una dimensión esencial, casi antropológica, del vínculo con la naturaleza, respondiendo a una carencia detectada en la vivienda y a un deseo expresado por sus propietarios.

El resto de los espacios se conciben bajo la búsqueda de una atmósfera cálida y serena, donde la materialidad actúa en la búsqueda esta atmósfera de confort. El salón-comedor se envuelve en un panelado de madera de roble, cuya textura y tonalidad evocan la idea de hogar. Este revestimiento se convierte en mueble-estantería, para actuar como filtro hacia la zona de estudio.

El panelado de roble natural,  media entre los ámbitos: establece un límite sutil que diferencia la zona más pública de la vivienda de la más privada, sin llegar a fragmentarla. La relación comedor-cocina se plantea desde la proximidad y la comodidad del uso cotidiano, pero evitando cualquier gesto de exhibición.

La luz, tamizada por los acabados, reflejada en el jardín y rebotada en los cuadros, se entrelaza con la calidez de la madera y las tonalidades escogidas, creando un espacio donde lo cotidiano adquiere un carácter íntimo y acogedor. La vivienda deja así de ser una suma de estancias aisladas para convertirse en un conjunto armónico, donde cada transición y cada textura participan en la construcción de una misma experiencia de habitar.

Proyecto:

Reforma de vivienda, Interiorismo

Superficie:

189 m2

Ubicación:

Granada

Año:

2025

Colaboradores:

Constructora: Cyra. Restauración y Construcción
Carpintería de madera: Mobi&Co

Fotografía:

Juanan Barros

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